¿Por qué? ¿Por qué es rabia lo que siento cuando el mundo clama en mi honor? ¿Por qué confían en mí, si hoy mi corazón se niega a protegerlos? ¿Y por qué es al amor al que apelan cuando mi mano se cierne sobre ellos? No lo entiendo? Si es la falsedad la que les ha llevado a cambiar mi nombre, a tenerme miedo, a maldecirme. Pero no importa, ahora saben que soy yo quien decide sobre sus destinos, que mi corazón es sereno, pero no duda ni es compasivo. Hoy seré yo el que dicte sentencia y el que venga a purgar sus vidas.